Aquí van sus diez mandamientos del toreo:
LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE FRASCUELO
Primero: amar a Paquiro sobre todas las coletas.
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LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE FRASCUELO
Primero: amar a Paquiro sobre todas las coletas.
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Segundo: No jurar que vas a meterte en el morrillo de los toros para luego no arrimarte nada.
Tercero: Santificar la fiesta española, entendiéndose que santificarla no es tirar el pego.
Cuarto: honrar a la afición que da cuanto se le pide y más de lo que puede.
Quinto: no matar como Rafael el Gallo.
Sexto: no amolar tanto a los toros ni a las espectadores.
Séptimo: no hurtar las ingles a las arrancadas de los astados, ni hurtar tantos billetes como se viene haciendo.
Octavo: no decir en los telegramas que tú estuviste colosal y tu compañero desastroso.
Noveno: no desear la cupletista o super-tanguista de tu prójimo.
Décimo: no codiciar el contrato del colega; ni el colchón del zapatero, del hojalatero y del tapicero, cuando el colchón va a la casa de empeños para luego no ver más que huir a los toreros de arriba, de abajo, de la derecha y de la izquierda.
Sorprendente actualidad que algunos de ellos tienen hoy en día, más de un siglo después de haber sido escritos por Frascuelo.
Tercero: Santificar la fiesta española, entendiéndose que santificarla no es tirar el pego.
Cuarto: honrar a la afición que da cuanto se le pide y más de lo que puede.
Quinto: no matar como Rafael el Gallo.
Sexto: no amolar tanto a los toros ni a las espectadores.
Séptimo: no hurtar las ingles a las arrancadas de los astados, ni hurtar tantos billetes como se viene haciendo.
Octavo: no decir en los telegramas que tú estuviste colosal y tu compañero desastroso.
Noveno: no desear la cupletista o super-tanguista de tu prójimo.
Décimo: no codiciar el contrato del colega; ni el colchón del zapatero, del hojalatero y del tapicero, cuando el colchón va a la casa de empeños para luego no ver más que huir a los toreros de arriba, de abajo, de la derecha y de la izquierda.
Sorprendente actualidad que algunos de ellos tienen hoy en día, más de un siglo después de haber sido escritos por Frascuelo.